POR: Rawy Mattar Kmeir
@rawymattark
La juventud suele asociarse, en la psiquis general, con una época en donde se vive al límite y dejando, en la medida de lo posible, cualquier resquicio de responsabilidad en la mínima cuota permisible, pero ¿Qué pasa cuando se elige otro camino? Y se decide utilizar el ímpetu jovial para hacer buenas acciones uniendo a un grupo bajo la premisa de una identidad cultural.
Este es el caso de Juventud Maronita Líbano Venezolana (Jumalve), una asociación cultural, que tiene como regla de ingreso ser descendiente libanés, menor de 35 años y miembro de la comunidad católica de la orden de San Marón, para integrar este grupo que se dedica a, entre otras cosas, realizar eventos de entretenimiento y así generar ganancias que luego serán donadas a diversas casas de altruismo, como las ya beneficiadas Hogar Casa Bambi, Casa Don Bosco y el Monasterio San Charbel, ubicada Quebrada Honda, que es a su vez la sede de la organización.
“Somos jóvenes y entendemos que las dinámicas para conseguir ganancias han cambiado, por eso lo que hacemos es diseñar proyectos que sean atractivos para nuestra comunidad, como por ejemplo verbenas, viajes y fiestas en las que los asistentes disfruten y a su vez ayuden” comentó el presidente de la asociación Hany Mattar.
“Llevamos más de dos años en esto y la verdad es que hemos crecido mucho como personas y como ciudadanos, además de reivindicarnos con las tradiciones de nuestros padres y fomentando así el carácter altruista que siempre ha caracterizado al ciudadano libanés. No es sólo un grupo donde nos reunimos para divertirnos, sino que también vamos más allá al preocuparnos y ocuparnos por la comunidad en general partiendo desde lo poco que podamos hacer” agregó.
Aunque el grupo mantenga su sede en el Monasterio y cuenten con la colaboración y el apoyo de los clérigos del mismo, no se definen como un grupo catequista sino como jóvenes unidos por la identidad moronita.
“Tenemos la iniciativa y la voluntad, creemos en lo que hacemos y cada vez esperamos crecer más, integrando a más jóvenes libaneses venezolanos y buscando nuevas formulas para seguir aportando más, dejando nuestra pequeña huella en este maravilloso país que recibió a nuestros padres y con que estamos en deuda y cumpliendo así nuestro deber social como católicos” concluyó.
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